El efecto BRICS en la economía global y el futuro del dólar
Sep 01, 2025
En el escenario económico actual, pocos temas generan tanta atención como la expansión del bloque BRICS. Nacido en 2006 con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, este grupo de economías emergentes se ha consolidado como un contrapeso frente al poder económico de Occidente y, en particular, frente a la hegemonía del dólar estadounidense. Su reciente apertura para incluir nuevos miembros como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía e Irán ha encendido un debate sobre lo que esta alianza significa para el comercio internacional, los mercados financieros y el futuro de la divisa más influyente del planeta.
Más allá de la política, lo que ocurre con BRICS refleja la dinámica que los traders de opciones conocen bien: los entornos de incertidumbre y cambio generan oportunidades, pero también riesgos. Así como un trader se posiciona frente a la volatilidad de un activo, las naciones y las empresas están obligadas a adaptarse a un tablero geopolítico en constante transformación.
El dólar como pilar del sistema financiero
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha sido la moneda de referencia en el comercio internacional. Materias primas como el petróleo se transan en dólares, los bancos centrales lo acumulan como reserva y gran parte de la deuda internacional está denominada en esta divisa. Este dominio le da a Estados Unidos un poder financiero sin igual: puede financiarse a tasas más bajas y utilizar el sistema bancario global como herramienta de influencia política.
Sin embargo, el bloque BRICS ha cuestionado esta hegemonía al promover acuerdos bilaterales en monedas locales y al impulsar la idea —todavía en etapa embrionaria— de una divisa común para el comercio entre sus miembros. Aunque esta idea está lejos de materializarse en el corto plazo, el mensaje es claro: el mundo busca alternativas al dominio absoluto del dólar.
El poder de la diversificación
En el lenguaje de las opciones, el movimiento de los BRICS equivale a un trader que no quiere depender de un solo activo. Diversificar reduce el riesgo de estar expuesto a un único escenario. Los países miembros entienden que depender del dólar implica aceptar la influencia de la Reserva Federal y las sanciones financieras de Estados Unidos. Por eso buscan cobertura en otras monedas, tal como un trader utilizaría un call o un put para protegerse ante movimientos bruscos del mercado.
La incorporación de economías petroleras como Arabia Saudita y Emiratos Árabes es particularmente relevante. Si parte del comercio energético comenzara a realizarse en yuanes, rupias o reales brasileños, estaríamos frente a un cambio histórico que alteraría los flujos de capital globales y la demanda de dólares.
La volatilidad como motor de cambio
Para los mercados, estos movimientos geopolíticos generan un factor clave: volatilidad. Los inversionistas no saben si los BRICS lograrán consolidar una moneda común, si el comercio en monedas locales tendrá éxito o si el bloque será capaz de desafiar la estructura financiera dominada por Occidente. Esa incertidumbre se traduce en oscilaciones de precios, cambios en la confianza y ajustes en las estrategias de inversión.
Aquí aparece el paralelo con las opciones: cuando el mercado se vuelve incierto, los contratos derivados se convierten en herramientas esenciales. Los traders buscan posiciones que les permitan beneficiarse de movimientos bruscos, mientras que otros utilizan las opciones como seguro frente a escenarios adversos. En este sentido, el surgimiento del BRICS puede entenderse como el equivalente a un nuevo activo volátil que introduce complejidad en la ecuación global.
El rol de China y la narrativa del yuan
Uno de los ejes centrales de esta historia es China. Su interés por internacionalizar el yuan va más allá de la economía: es un objetivo geopolítico. Cada vez más países aceptan usar esta divisa en el comercio bilateral, lo cual debilita marginalmente al dólar. No obstante, el yuan todavía enfrenta limitaciones: restricciones de convertibilidad, falta de confianza internacional y la ausencia de un mercado financiero tan profundo y líquido como el estadounidense.
En el lenguaje de las opciones, podría decirse que el yuan es un activo con alta prima de riesgo: tiene potencial, pero todavía no alcanza la madurez suficiente para convertirse en sustituto real del dólar. Lo que sí logra es introducir una “griega” más en la ecuación del mercado, obligando a los actores globales a recalibrar sus posiciones.
El efecto en las inversiones y en la mentalidad del trader
El debate sobre el futuro del dólar y la expansión de BRICS también afecta la manera en que los inversionistas perciben el riesgo. Para quienes operan en opciones, la lección es clara: nunca se puede dar por sentado que una tendencia se mantendrá para siempre. La hegemonía del dólar parecía incuestionable, pero la historia muestra que ningún sistema es inmutable.
Los traders que entienden esto tienden a construir estrategias dinámicas, adaptándose a nuevos escenarios. Así como se ajustan los strikes o se diversifican los vencimientos en una cartera de opciones, los países buscan nuevas alianzas y monedas para protegerse de un mundo que cambia con rapidez.
¿Un reemplazo o un contrapeso?
La gran pregunta es si los BRICS realmente pueden reemplazar al dólar o si su papel será más bien el de contrapeso. La mayoría de analistas coinciden en que el dominio del dólar seguirá siendo fuerte durante décadas, pero que el bloque sí puede erosionar gradualmente esa supremacía, generando un sistema más multipolar.
Este cambio no necesariamente significa la desaparición del dólar, sino un escenario en el que otras divisas ganen peso. En términos de opciones, sería como pasar de un mercado dominado por un solo subyacente a uno donde múltiples activos influyen en la formación de precios y en la percepción del riesgo.
Conclusión
El crecimiento de los BRICS no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia hacia un mundo más diversificado en lo económico y lo político. Para el dólar, implica el desafío de mantener su rol central frente a nuevas alternativas. Para los inversionistas y traders, representa un recordatorio de que la volatilidad global no se puede ignorar: cada cambio geopolítico introduce nuevas variables que alteran los precios, los riesgos y las oportunidades.
Así como en las opciones la clave es anticiparse y gestionar la incertidumbre, en la economía global los países y las empresas deben prepararse para un futuro menos predecible. El tablero financiero se ha vuelto más complejo y dinámico, y los BRICS son un factor central en esta transformación.
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