Te pagan por esperar: la estrategia detrás de vender puts
May 03, 2025
Muchos inversores quieren entrar en acciones que les encantan, pero sienten que el precio todavía está alto. Otros simplemente buscan generar ingresos sin estar comprando y vendiendo todo el día. Para ambos perfiles, existe una estrategia que no es nueva, pero sigue siendo subestimada: vender puts.
Vender puts es simple en teoría: eliges una acción que te gustaría tener a un precio más bajo, y vendes una opción put con ese precio de ejercicio. A cambio, recibes una prima. Si la acción no llega a ese precio al vencimiento, te quedas con la prima. Si sí baja, compras la acción… pero justo al nivel que querías.
Ejemplo: quieres acciones de Apple, pero no a $180, sino a $165. Podrías vender una put con strike 165. Te pagan una prima —digamos $2.00 por acción— por aceptar el compromiso de comprarlas si caen a ese nivel. Si nunca bajan, ganaste dinero por tener paciencia. Si bajan, compraste más barato… y con descuento efectivo.
Esta estrategia cambia la narrativa: en vez de estar esperando con ansiedad una caída que no llega, estás monetizando tu paciencia. Y no necesitas que el mercado haga nada especial. Solo que no se desplome por completo. En escenarios laterales o con leve caída, funciona muy bien.
Los grandes fondos utilizan esta técnica con frecuencia para adquirir acciones en niveles estratégicos sin tener que perseguir precios. Pero el retail la ignora porque no es llamativa. No es agresiva. No promete duplicar tu dinero en una semana. Pero sí ofrece algo más valioso: consistencia.
Eso sí, vender puts requiere margen o colateral, porque existe la posibilidad de que termines comprando las acciones. Pero para quienes tienen efectivo disponible y quieren entrar a buenos precios, es una forma elegante de generar ingresos pasivos, con una tasa de retorno implícita bastante atractiva.
Lo más interesante es que puedes repetir esta estrategia semana a semana o mes a mes, y si eliges bien los strikes, puedes mantener un flujo constante de primas mientras esperas tus oportunidades ideales. Es una forma de transformar el “esperar a que baje” en una actividad rentable.
Y en mercados como el actual, con volatilidad subiendo por las elecciones y la tensión geopolítica, las primas están más altas. Eso hace que vender puts en empresas sólidas sea incluso más atractivo.
Claro, hay riesgos. Si vendes puts muy agresivos en empresas volátiles, puedes terminar comprando acciones que caen por razones fundamentales. Por eso la clave está en vender puts solo en empresas que realmente querrías tener, y a precios con los que estés cómodo.
Vender puts no es especulación. Es una declaración de intención. Te dice: “Quiero esta empresa, pero a mi precio. Y mientras tanto, que me paguen por esperar”. En un mundo donde el FOMO gobierna, esa es una forma rebelde —y rentable— de operar.
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