El mercado no te debe liquidez
Dec 30, 2025
La mayoría de los traders asume la liquidez como un derecho adquirido. Se da por hecho que siempre habrá alguien dispuesto a comprar o vender al precio “justo”. Pero el mercado no funciona así. La liquidez no es una promesa; es un privilegio temporal. Y cuando desaparece, lo hace sin pedir permiso.
El mercado no te debe liquidez. Solo te la ofrece mientras le conviene.
Liquidez: lo que existe… hasta que no
En condiciones normales, los spreads son razonables, las órdenes se ejecutan sin fricción y el precio parece continuo. Eso crea una ilusión peligrosa: creer que siempre podrás salir cuando quieras.
La liquidez real solo se pone a prueba cuando la necesitas. Y es exactamente ahí cuando suele faltar.
Nadie quiere ser el otro lado
Cuando el riesgo aumenta o la incertidumbre domina, los participantes se retiran. Los market makers amplían spreads, reducen tamaño o directamente desaparecen. No por malicia, sino por supervivencia.
Si nadie quiere asumir riesgo, no hay transacción limpia. El mercado no busca equilibrio; busca protección.
Spreads absurdos como señal, no como error
Muchos traders ven spreads enormes y piensan que “algo está roto”. No lo está. Está funcionando de forma honesta. El mercado está diciendo: este riesgo no se puede valorar con normalidad.
Aceptar ese spread no es pagar una comisión alta; es pagar por liquidez de emergencia. Y como toda emergencia, es cara.
Slippage: el impuesto invisible
El slippage no aparece como una línea clara en el P&L, pero erosiona resultados con brutalidad. Una salida peor de lo esperado, una entrada menos favorable, un ajuste que cuesta más de lo calculado.
En mercados ilíquidos, el slippage no es excepción. Es la norma.
Por qué las opciones lo sufren más
Las opciones amplifican todos estos problemas. Menos participantes, más variables y menor transparencia. Cuando la liquidez se evapora, las opciones no se mueven con el subyacente; se deforman.
Spreads que duplican la prima, ejecuciones parciales, precios teóricos inútiles. El modelo dice una cosa, el mercado otra.
Aquí, el trader descubre que el riesgo no estaba en la dirección, sino en la salida.
La ilusión del “precio justo”
En entornos ilíquidos, el concepto de precio justo deja de existir. Solo existe el precio al que alguien está dispuesto a transar ahora. Si necesitas salir, ese precio será peor de lo que imaginabas.
El mercado no castiga la prisa; la cobra.
Eventos, horarios y desiertos de liquidez
La liquidez no desaparece solo en crisis. También lo hace en horarios marginales, cerca de vencimientos, en contratos poco negociados o en momentos donde todos esperan algo y nadie actúa.
El trader que ignora esto no está asumiendo riesgo de mercado, está asumiendo riesgo estructural.
Gestión de riesgo no es solo stop-loss
Muchos planes de riesgo asumen ejecuciones limpias. Eso es una fantasía peligrosa. La gestión real considera escenarios donde el stop no protege, donde el mercado salta niveles y donde cerrar cuesta más de lo previsto.
La verdadera pregunta no es “¿dónde salgo?”, sino “¿podré salir?”.
Cuando la liquidez se va, el ego paga
Los peores daños ocurren cuando el tamaño no respeta la profundidad del mercado. Lo que parecía una posición manejable se convierte en una jaula.
Aquí se aprende una lección cara: no importa cuán correcto sea tu análisis si nadie quiere negociar contigo.
El respeto silencioso por la liquidez
Los traders consistentes operan donde la liquidez es abundante, incluso si el trade parece menos emocionante. Prefieren spreads ajustados a historias épicas.
Porque saben algo simple: el mercado no te debe nada.
Ni precio, ni salida, ni compasión.
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