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¿Por qué los ricos se endeudan para invertir?

deudas buenas deudas malas inversiones May 28, 2025

En el mundo financiero tradicional, endeudarse tiene mala fama. Muchos piensan que la deuda es sinónimo de problemas. Pero los inversionistas exitosos, especialmente los más ricos, ven la deuda de otra manera. No como una carga, sino como una herramienta. Y la usan para acelerar la creación de riqueza. ¿Cómo lo hacen? ¿Por qué alguien con mucho dinero querría endeudarse en lugar de usar su propio capital? La respuesta tiene que ver con estrategia, control del riesgo y conocimiento de las reglas del juego.

Deuda buena vs. deuda mala

El primer paso para entender por qué los ricos se endeudan es distinguir entre dos tipos de deuda. La deuda mala es la que se usa para consumir y no genera ingresos: tarjetas de crédito, préstamos personales para gastos innecesarios, créditos para cosas que se deprecian rápido como ropa o aparatos. Esta deuda te quita poder financiero.

La deuda buena, en cambio, es la que se utiliza para adquirir activos que generan flujo de dinero o se valorizan con el tiempo. Por ejemplo, una hipoteca para comprar un inmueble que vas a alquilar, o un préstamo con bajo interés para invertir en una empresa rentable o adquirir acciones con potencial.

Los ricos entienden esta diferencia con claridad. No usan deuda para comprar pasivos. La usan para multiplicar su capacidad de invertir sin tener que vender sus activos.

El apalancamiento: multiplicar sin vender

Apalancamiento significa usar deuda para aumentar el tamaño de una inversión. Es como usar una palanca para mover un peso mayor. En lugar de invertir solo lo que tienen, los inversionistas sofisticados combinan su capital con dinero prestado para acceder a oportunidades más grandes.

Imagina que tienes $1 millón. Podrías usarlo para comprar una propiedad. Pero también podrías usar ese millón como enganche para comprar cinco propiedades de $1 millón cada una, pidiendo financiamiento para el resto. Si los inmuebles se valorizan o generan renta, los beneficios se multiplican por cinco. Claro, también hay más riesgo. Pero si el flujo es sólido y la deuda está bien estructurada, el apalancamiento se vuelve una ventaja.

Este es el principio que usan muchos millonarios para expandirse más rápido que si dependieran solo de su propio dinero.

Ejemplo real: Elon Musk y el préstamo sobre acciones

En 2022, Elon Musk obtuvo préstamos respaldados por sus acciones de Tesla para financiar parte de la compra de Twitter. No vendió sus acciones; las usó como garantía. Al hacerlo, evitó pagar impuestos por ganancias de capital y mantuvo el control sobre su participación en Tesla. Esto no solo le dio liquidez inmediata, sino también una solución fiscalmente eficiente.

Este tipo de estrategia es común entre los ultra-ricos. Bancos privados otorgan préstamos con tasas preferenciales respaldados por carteras de inversión. El inversionista accede a efectivo sin tener que desprenderse de sus activos. Si los activos suben de valor, mejor. Si bajan mucho, hay riesgo de liquidación. Por eso solo funciona cuando hay margen y estabilidad.

¿Por qué no simplemente usar su propio dinero?

Porque la deuda, bien usada, cuesta menos que el rendimiento que pueden generar los activos. Si pides un préstamo al 4% anual y lo inviertes en un activo que rinde 8%, estás obteniendo una ganancia neta del 4% con dinero que no era tuyo. Esto, multiplicado, genera riqueza acelerada.

Además, mantener el capital propio invertido permite que siga generando rendimiento en otras áreas. Usar deuda inteligente significa mantener el dinero trabajando en más de un lugar al mismo tiempo. Es una jugada doble.

También hay razones fiscales. En muchos países, los intereses de préstamos relacionados con inversiones pueden ser deducibles. Y si no vendes activos, no generas eventos tributarios. Esto es clave para inversionistas que buscan eficiencia fiscal.

¿Cómo se controlan los riesgos?

Los ricos no se endeudan sin estrategia. Evalúan cada préstamo como parte de un plan mayor. Primero se aseguran de que el flujo generado por la inversión cubra cómodamente el servicio de la deuda. Segundo, crean colchones de liquidez para enfrentar cualquier emergencia. Tercero, diversifican: no concentran el riesgo en una sola apuesta.

Además, conocen sus límites. El apalancamiento es poderoso, pero también puede ser peligroso si se exagera. Una caída del mercado puede arrastrar un portafolio mal apalancado. Por eso los inversionistas experimentados lo usan con precaución y cálculo.

¿Y los que no son ricos pueden usar estas estrategias?

Sí, aunque con otras escalas. Un pequeño inversionista puede usar un préstamo hipotecario para comprar una propiedad de alquiler, o financiar parte de su portafolio con un margen de corretaje (con mucho cuidado). La clave está en no usar deuda para consumir, sino para invertir con flujo positivo y visión de largo plazo.

Incluso alguien con ingresos medios puede aplicar el principio: ahorrar para el enganche de un activo productivo, obtener un préstamo a bajo interés y dejar que la inversión se pague sola. Esto no es exclusivo de millonarios; es cuestión de educación financiera.

La diferencia es mental

El miedo a la deuda paraliza a muchos. Pero los ricos ven la deuda como una herramienta, no como un enemigo. Se enfocan en lo que pueden construir con ella. Su educación financiera les permite analizar oportunidades, medir riesgos y tomar decisiones frías y objetivas.

La mentalidad tradicional dice: “págalo todo y no debas nada”. La mentalidad inversionista dice: “usa el dinero de otros, multiplícalo, y haz que tus activos trabajen por ti”. Esa diferencia de enfoque es una de las razones por las cuales la brecha patrimonial crece.

Conclusión

Endeudarse para invertir no es sinónimo de imprudencia. Cuando se hace con visión, estrategia y control, puede ser una de las formas más efectivas de crear riqueza. Los ricos lo saben, lo aplican y lo repiten. No porque no tengan dinero, sino porque entienden que el verdadero poder no está en gastar lo que se tiene, sino en usar el sistema a su favor. La deuda, usada inteligentemente, no te atrapa. Te impulsa.

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